Autor: Mambí - Francisco Sau Boíx
Suenan las cazuelas con golpes agitados
Despertando el subconsciente de los receptores
El festín de todos los cubanos ha comenzado.
¡Al fin!, exclama el mundo de espectadores.
No ha sido en vano la longeva cosecha de medio siglo,
Ni el sacrificio de soportar el pestilente abono utilizado,
La mierda del comunismo cumplió al fin su ciclo
Y hoy recogemos, los frutos tan ansiados.
Suenan, suenan de manera ensordecedora
Despertando al vecino apático y durmiente,
Suenan avisando que ha llegado la hora
De que todos nos levantemos, de manera ya ferviente.
No podrá Antunez continuar la huelga de hambre
Con el ruido de tan suculento Festín
Será servido por el pueblo en un enjambre
Todos Unidos, y con el mismo Fin.
¡Cambio!, gritaba uno, ¡Cambio!, gritaba otro,
Todos gritaron Cambio de manera ensordecedora,
Se estremecía la tierra, y el corazón corría como un potro.
-No,- dijo en silencio -cambio cazuela por ametralladora-.
Lloraba la niña asustada con la febril exaltación
Que transmitía el aire enrarecido desde hace tiempo,
Temblaba el esbirro en un rincón de la prisión
Mientras los presos, gritaban de contentos.
Ruidos de cazuelas, sartenes, ollas, gritos,
Solo ruidos caseros, de mujeres en la cocina,
Y los ruidos de hombres, de fusiles ni un tirito,
Hay vergüenza, no se atreven ni con una bocina.
Mambises reprimidos, erguir la frente e hinchar el pecho,
Como lo hacían nuestros abuelos en batalla
Que no puede un hombre mirar al techo
Mientras de frente, tiene la canalla.